2014-06-13
El “apetito para Gombrowicz” tampoco disminuyó en 2014: en los días 13 y 14 de junio, en Wsola tuvo lugar una nueva versión de la merienda artística, organizada por el Museo Witold Gombrowicz con la colaboración con el municipio de Jedlińsk. El programa del evento fue muy rico, como cada año: el espectáculo musical de Natalia Sikora, el concierto de Natalia Przybysz y Piotr Bukartyk y un monodrama de Gombrowicz preparado por el teatro Scena TAM2.
Empezamos sin prejuicios –era viernes y trece– con los textos de Cyprian Norwid cantados por Natalia Sikora, acompañada en el piano por Piotr Proniuk, autor de la música para una parte de los textos interpretados por esta actriz. Además de una muestra de unión de la difícil poesía de Norwid con el blues, escuchamos también composiciones de Czesław Niemen. Gracias a este espectáculo, Natalia Niemen ganó el premio de Polskie Radio para el debút teatral en el teatro PR.
Para el sábado habíamos preparado un programa atrayente para ninós: talleres plásticos con un contexto literario y un encuentro con el misterioso y divertido Czocher. Desafortunadamente, nuestros planes se vieron parcialmente cruzados por el tiempo, extraordinariamente caprichoso; por su culpa, un buen número de personas no acudieron a los conciertos al aire libre. Menos mal que éstos fueron anticipados por el espectáculo “Na kuchennych schodach” (“En la escalera de la cocina”), un monodrama basado en un cuento de Witold Gombrowicz, dirigido e interpretado por Dariusz Sociński, un actor asociado al Teatro W. Bogusławski de Kalisz y Niepubliczny Teatr Impresaryjny Scena Tam2. Fue uno de los pocos monodramas de Gombrowicz que nos quedaban por presentar en Wsola.
Los que no tuvieron miedo al tiempo, fueron premiados con el sentido de humor de Piotr Bukartyk, quien hizo bromas aun de la avería de la alimentación, que dos veces interrumpió la actuación del señor Piotr y de los “Szałbydałci” que le acompañaban. Este artista no requiere presentación ninguna, pero recordemos: autor, compositor, músico que se mueve en la frontera de muchos géneros, que mezcla el rock, blues, folk y reggae con el cabaré y la canción literaria, ampliamente conocido de sus audiciones que dirige los viernes en la radio Trójka.
Aun más abnegación tuvieron que mostrar los aficionados al talento de Natalia Przybysz, cuyo concierto empezó después de las ocho de la tarde, cuando un día veraniego y caluroso se convirtió en una tarde primaveral y fría. De las dos Natalias, tanto de Natalia Sikora, como de Natalia Przybysz, se escribía que eran “las Janis Joplin polacas”. Sin constatar si esta comparación es verdadera, hay que notar que con los conciertos en Wsola las dos artistas confirmaron sus grandes capacitades e habilidades.
fot. Ireneusz Szwede, Konrad Urbański
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