Dirección: Agata Biziuk, decorado: Katarzyna Proniewska-Mazurek, música: Mateusz Czarnowski.
Como dicen los autores del monodrama, dulce amargo espectáculo ha de ser “una respuesta artística de los creadores jóvenes a la realidad que los rodea, que trata cacófonicamente el concepto de patriotismo, artificialmente convertido en mito, lleno de balbuceo y agresión”.
En el guión se aprovecharon textos de Mickiewicz, Miłosz, Staff, Norwid y Wyspiański.
fot. Eliza Szwede
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